Las plagas que hay… y las que vendrán

Expertos advierten del riesgo de que lleguen a Euskadi peligrosas especies de insectos transmisores de enfermedades. Una de ellas, el mosquito tigre, ya lo ha hecho. Otras especies se están haciendo resistentes, como garrapatas, chinches o cucarachas.

 

Es cuestión de tiempo. En un mundo cada vez más globalizado, cosido por innumerables y activos flujos migratorios y comerciales y en el que es posible viajar en poco más de un día hasta las antípodas, las fronteras se difuminan. También para los insectos invasores. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha advertido de que seis especies de mosquitos capaces de transmitir graves enfermedades ya han empezado a colonizar el continente y acechan a España; al menos una de ellas, el mosquito tigre, ya ha llegado oficialmente a Euskadi. «Se sabe porque estas especies están documentadas, pero eso no quiere decir que no haya otras que también estén entrando. Vamos con mucho retraso en la vigilancia», alerta Félix Fontal, miembro del laboratorio de Sanidad Ambiental Urbana del centro vasco de investigación Tecnalia.

Los efectos del cambio climático, que alteran los ecosistemas y crean condiciones propicias para el desarrollo de especies no endémicas, los recortes en las inversiones necesarias para realizar labores de monitorización y vigilancia, y el aumento de la pobreza y la marginación también son factores que abren el camino a las plagas urbanas. Entre ellas a las protagonizadas por los hematófagos obligados, es decir, insectos que se alimentan exclusivamente de sangre, como mosquitos, chinches, garrapatas… y que pueden ser vectores de peligrosas enfermedades como el dengue, el chikungunya o el lyme. Luchar contra estas especies «va a ser el caballo de batalla de manera permanente en los próximos años, porque las condiciones no van a cambiar y estos insectos no van a dejar de hacer algo para lo que están genéticamente programadas», advierte el entomólogo.

Mosquitos

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha comunicado «de manera oficial» a España del riesgo existente de entrada de seis peligrosos mosquitos cuya presencia ya se ha detectado en distintos países europeos. Para ser más exactos, uno de ellos, el llamado mosquito tigre (Aedes albopictus), ya ha volado hasta nuestra geografía. Según la evaluación de riesgos hecha por el ECDC, este insecto se ha dispersado por todas las provincias bañadas por el Mediterráneo, desde Gerona a Málaga. Pero también se ha detectado en Euskadi.

Todas las alertas saltaron el pasado verano cuando se registró en la localidad valenciana de Gandía el primer caso de chikungunya no importado -es decir, el contagio se produjo aquí y no en el extranjero-. Los expertos creen que el insecto llegó hace algo más de una década a Cataluña por carretera, en un camión de transporte. Hace un año arribó a tierras guipuzcoanas, se supone que tras cruzar la muga con Francia. Desde hace dos años, la empresa Neiker-Tecnalia realiza inspecciones semanales en Behobia para detectar su presencia, muestreos que recientemente se han ampliado a la N-1 en Álava y a la AP-8 en Bizkaia.

«Aquí nos ha salvado un poco el clima, que le gusta menos que el de Levante, pero se irá adaptando. Los inviernos son cada vez menos duros», apunta Fontal. Las otras especies que ya vuelan por Europa -aunque, de momento, no se ha detectado su presencia en España- son Aedes aegypti, Aedes japonicus, Aedes atropalpus, Aedes japonicus, Aedes koreicus y Aedes triseriatus. Además del chikungunya, estos insectos son transmisores de peligrosas patologías infecciosas como el dengue, la fiebre amarilla, el virus del Nilo o encefalitis. «El cronómetro para la llegada de alguna de estas enfermedades ya se ha puesto en marcha y sin embargo, no se invierte todo lo necesario en labores de vigilancia y monitorización para impedirlo», advierte el investigador de Tecnalia. En la actualidad, el Ministerio de Sanidad tiene un programa de vigilancia entomológica en algunos aeropuertos y puertos que, en su opinión, «no es suficiente».

Garrapatas

Contra la creencia popular, las garrapatas no solo pueden causar problemas a los perros; en los humanos son fuente de graves complicaciones en la salud, desde respiratorias y cardiacas hasta la muerte. También se alimentan de sangre, vía por la que transmiten enfermedades como encefalitis, fiebre de Crimea o lyme. En Euskadi ya se han detectado varios casos de esta última patología, que ataca el sistema nervioso y da lugar a parálisis y dolores articulares. Si el diagnóstico no es certero, el mal se convierte en crónico en unas semanas. Varios de los pacientes pasaron un verdadero calvario hasta lograr un diagnóstico y ahora buscan en el extranjero un tratamiento eficaz.

«Se está produciendo un rebrote de las enfermedades transmitidas por las garrapatas», confirma Fontal. «Los ecosistemas forestales les gustan mucho y por eso hay muchas en nuestros bosques».

Chinches

Facilitada por la gran movilidad de las personas, las chinches de las camas protagonizan una plaga urbana emergente que el experto de Tecnalia no duda en calificar de «pandemia». También en algunas ciudades del País Vasco se han convertido ya en un problema de salud pública. «En San Sebastián están ocasionando un trastorno gravísimo en hoteles y pensiones, con tremendas consecuencias para el turismo». El Camino de Santiago padece igualmente una auténtica infestación de estos parásitos que, de momento, no se ha demostrado que transmitan enfermedades aunque, para Fontal, «es cuestión de tiempo» que también se conviertan en vectores de alguna patología.

Tal es su proliferación que «puedes encontrar chinches de las camas hasta en un hotel de cinco estrellas. Incluso ha habido casos de picaduras en el asiento de un avión». Eliminarlas es una auténtica pesadilla tal que empresas especializadas «se ven en ocasiones incapaces de acabar con el foco en una casa. Exterminarlas es complicadísimo».

Cucarachas

Según la empresa especializada en control de plagas Rentokil, las cucarachas están intensificando su presencia en el País Vasco. Siguen ocupando el primer puesto en el ranking de plagas pero, con respecto al año anterior, las infestaciones crecieron en 2014 hasta alcanzar casi el 25% de todas las incidencias. «Está aumentado su presencia», confirma el experto de Tecnalia, que advierte de la llegada «de nuevas especies, mientras las tres típicas siguen y seguirán entre nosotros durante mucho tiempo». «Mientras haya ciudades que mantengan los focos continuarán extendiéndose. Hay muy buenos insecticidas para erradicarlas pero el problema es que estas especies son capaces de adaptarse a los productos químicos», detalla Félix Fontal.

Avispa asiática

Ya ha colonizado toda Gipuzkoa y continúa su incesante expansión por Bizkaia y Álava. Esta especie invasora, que llegó a la Península en 2010 tras recalar en Burdeos a bordo de un mercante procedente del sureste asiático, no representa una amenaza mayor para los humanos que la autóctona, pero para las abejas la ‘avispa asesina’ es un peligroso depredador. «No se le da la importancia que tiene por que se considera que afectan a una ganadería menor, pero las abejas realizan un servicio ecológico importantísimo», apunta el experto de Tecnalia. No en vano son responsables directas de la polinización; al disminuir la cantidad de abejas todo el ecosistema se ve afectado.

A su juicio, sería posible no tanto acabar con las poblaciones invasoras como hacerlas «sostenibles con la apicultura». Para ello, considera efectivo desplegar un arma biológica, ya sea un depredador, un parásito o un patógeno que ataque a la ‘Vespa velutina’ con un riesgo bajo para las demás especies. «Pero es necesario invertir en investigación», reitera.

Piojos

El hombre ha llegado a la luna… pero no ha sido capaz de desarrollar un método eficaz para acabar con los piojos, la pesadilla de muchas familias desde que empieza hasta que acaba el curso escolar. Antaño asociado a situaciones de falta de higiene y precariedad económica, ahora no discriminan clase social. Los investigadores de Tecnalia están inmersos en un proyecto piloto para comercializar un producto que acabe definitivamente con la plaga de las aulas.

Pero, a la hora de realizar el trabajo de laboratorio, se encuentran con un hándicap importante: los piojos no pueden vivir muchas horas fuera del cuerpo humano. «Y los necesitamos vivos, lo que nos obliga a establecer un protocolo específico para coordinarnos con los colegios participantes para hacer las pruebas. «Se trata de conseguir un producto que pueda acabar razonablemente con un brote», confía el experto.

Fuente:http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201510/18/plagas-vendran-20151018163622.html

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